Calienta, que sales

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Comienza a despedirse 2023, el año en que los videojuegos se bilocaron e hicieron suyo lo de «el mejor peor». Mientras que la industria se ha desangrado semanalmente con cientos de despidos en las grandes corporaciones y por el cierre de pequeños estudios que alguna vez nos hicieron felices, los jugadores hemos disfrutado desde el sofá de todos esos títulos que llevábamos décadas esperando. Quizás la amargura del primer trago ha hecho que el segundo no haya sido tan dulce, condenando al esperado año histórico a un debate constante sobre el mérito de secuelas y remakes, añadido a un calendario de lanzamientos al que nuestro bolsillo y nuestro tiempo les costaba seguir el ritmo. Y lo mejor no es eso, sino que auguran que 2024, por propia inercia y porque no saldrá el mesiánico GTA VI, no será tan bueno.

«Aunque duelan tus mentiras casi como si fueran ciertas, yo
Te sigo soñando mágica y eterna»
_{Mágica y eterna (Xoel López, 2023)}

Quizás sea una gran tirita puesta sobre piel sana, para cuando se abra la temida herida: si no ha sido suficiente superar al mejor juego de la historia, tener la posibilidad de visitar más de mil planetas, presenciar el regreso triunfal de la lucha callejera o ver el techo técnico reflejado en las pupilas de dragones que pelean contra gigantes en tiempo real… ¿Qué tendría que suceder dentro de nuestras televisiones para que sintamos «eso»? La manía del público de videojuegos por mantener en lo más profundo su ilusión, protegida y maniatada, parece impedirle soñar sin límites.

Me niego a subirme a ese carro cuando sólo en los primeros tres meses de 2024 llegará un huracán de franquicias históricas dispuestas a mantener e incluso subir el listón generacional: el reboot de Alone in the Dark, el regreso de Prince of Persia al scroll lateral, Like a Dragon: Infinite Wealth, Tekken 8, Suicide Squad: Kill the Justice League, Final Fantasy VII Rebirth, Dragon’s Dogma 2, Princess Peach: Showtime! o S.T.A.L.K.E.R. 2: Heart of Chernobyl. Cientos de horas de juego que bien podrían tenernos pegados al mando hasta julio, y que vendrán rodeadas para más inri de prometedores títulos independientes como el largamente esperado Harold Halibut, el extraño INDIKA o la conducción sobrenatural de Pacific Drive.

¿A partir de Abril? Imaginen pensar que va a ser un año aburrido cuando, después de no haber tenido respiro en los primeros noventa días, aún nos quedará por descubrir, así al azar, Senua’s Saga: Hellblade 2, Lorelei and the Laser Eyes, Rise of the Ronin, Skate Story, Metaphor: ReFantazio, Ghost Bike, Stellar Blade, The Plucky Squire, Black Myth: Wukong o Star Wars Outlaws. Ya seamos fans de las experiencias kilométricas o de las rarezas contenidas, es imposible no estar expectantes por varios de los títulos que se intuyen en el horizonte —los cuales es más que probable que aprieten los dientes para evitar retrasos y encontrarse de bruces con el devorador de mundos de Rockstar Games. 

¡Y seguro que hay muchísimas sorpresas aún esperando un claro en el calendario para brotar sin previo aviso! Tirando a tablero, se puede contar con el siguiente hardware de Nintendo, rodeado de los lógicos nuevos títulos que acompañen al lanzamiento, o varios DLCs y spin-offs de menor duración que expandan los grandes nombres de este año y finales de 2022…

En la próxima madrugada, The Game Awards apuntalará 2024 a poco que logre poner en nuestras pantallas un par de fechas y desvele algún nombre inédito, pero quizás sea más importante si sirve para descubrir a más de dos o tres que 2023 no ha sido el “mejor de la historia”, sino el inicio de todo lo que nos prometieron a principio de la generación. Sí, ya era hora, y sí, ya hemos llegado. Y como Fumito y Mullins enseñen algo, nos tiramos de coco por los bloques. ¡A fliparse que son dos días!